domingo, 20 de julio de 2008

El cobijo de los mundos ficticios


No es que yo sea una revolucionaria, ni una antisistema, pero voy a cambiar el mundo. Voy a hacer que los hombres vistan de rosa y las mujeres de azul. Voy a hacer que desayunen chocolate y merienden café. Voy a hacer que el día sea la noche y la noche sea el día. Voy a hacer que las moscas se comporten como mariposas y las mariposas como moscas. Voy a hacer que todos los caramelos sean piruletas y sea lo único que tengamos comer. Voy a hacer que la hierba sea azul y el mar sea verde. Voy a hacer que nuestra sangre se convierta en leche y nuestras carnes en bollicao. Voy a hacer que la vida sea empíricamente un camino por el que todos nos tendremos que encontrar. Voy a hacer que desaparezcan los continentes, los países, las comunidades, las provincias y con ellos los nacionalismos y los conflictos. Voy a hacer que todos tengamos los ojos cuadrados, la piel azul y midamos cincuenta centímetros. Voy a hacer que los conejos tomen las decisiones planetarias… quizá así, nuestro mundo sería un cobijo mejor…

PSD Esta entrada se la dedico a cierto bicho que todo lo quería colorear de rosa (incluida a mi) y me mandó al mundo de al revés.

2 comentarios:

Luna dijo...

¡Yo quiero vivir en un mundo así! La hierba azul molaría un huevo...

Pablo Herrera dijo...

Yo me apuntaría si cambias la piel de bolycao por algo más apetitoso, los conejos deben molar como goberantes! ^^