viernes, 10 de abril de 2009

Para no NO-ESCRIBIR

Hace ya dos meses que no publico una entrada. Bueno, supongo que es fácil deducirlo. Una personita muy cercana me preguntó el porqué de mi ausencia. Pensó que, quizá, la causa fuera él mismo y su reciente aterrizaje en mi vida. Me gustó el hecho de que me lo dijera. Sonreí y pensé para mis adentros que, ojalá, de verás, fuera eso lo que me ha llevado a no escribir. NO- ESCRIBIR, uf, me da hasta miedo leerlo.
No obstante, este tiempo me ha servido para darme cuenta de que estáis aquí. Leyéndome. Escuchándome. Ofreciéndome una parte de vuestro tiempo. Y por qué no decirlo, escribirlo, bien alto, bien grande; GRACIAS.
Sincerándome una vez más, me daba miedo escribir este blog. No por críticas, ni censuras, que es justamente lo que me gusta, sino por no llegar a demostrarme a mi misma que esto es no es lo mío. (Sin duda, el blog no es lo mismo que las servilletas en la estación de autobuses)
Siempre he tenido miedo a decir qué es lo que quiero ser. Lo que quiero hacer. Siempre me he guiado por el “Carpe Diem” y he temido el “Alea Acta Est”. No me gusta ponerle futuro a las cosas. No me gusta ponerle nombre a las cosas. Me gustaría que las personas fueran cambiando de nombre con el tiempo. Me gustaría despertarme algún día, psicóloga, médica, trabajadora social, RAJOY… No me gustan las puertas cerradas. Odio la CA-TE-GO-RI-ZA-CIÓN. Que lo inesperado me haga perderme en un instante. Prefiero; estar perdida siempre. En un caos moderado que me haga comprender el mundo A-MI-MA-NERA.
Pero, hoy me he despertado escritora, una vez más; gracias a vosotros.

3 comentarios:

Sibarba dijo...

Le pongo voz a lo que escribes,y eso es bueno

dediego dijo...

Está claro. Seguimos aquí. No nos hemos ido.

Álvaro dijo...

A mí tu blog me gusta mucho

xD