viernes, 16 de enero de 2009

(...) "Los vinos añejos son siempre más caros"

En mi "pequeño evento deportivo" de las mañanas de los viernes, me detuve a escuchar la conversación de dos de mis deportistas preferidas. La primera, setenta y dos años, la segunda, sólo setenta. "¿Te vas hoy al gimnasio? Yo, los viernes, sólo piscina... ya sabes la ciática..."
La verdad es que no me creía lo que escuchaba. Supongo que debí suponerlo, tras dos meses intentando adelantar en la piscina a una de ellas.
¿Por qué nos dejamos llevar tanto por las etiquetas sociales? Un niño llora, ¡vaya con el niño!, un adolescente sufre mal de amores, ¡es un adolescente!, un estudiante universitario pide reformas, ¡es sólo un revolucionario!, un treintañero se casa, ¡ya era hora!, una anciana se queja de la ciática, ¡es que está muy mayor!...

Aquí tenéis al vivo ejemplo, a mi ejemplo, de que la vida es un continum...
Desde este modesto e-mail, Rosa María Calaf, gracias.


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